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Se sabe que los síndromes coronarios agudos representan una de las principales causas de morbilidad en el mundo. Dentro de la variedad, cuando se produce el denominadoinfarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST, el riesgo de mortalidad y arritmias letales a corto plazo es elevado (tasa aproximada del 8%). Según los expertos, se estima que tres millones de personas en el mundo sufrirán este tipo de infarto cada año. En España, supone alrededor del 40% de los síndromes coronarios agudos.
En las últimas décadas se ha conseguido una importante disminución de la mortalidad en la fase aguda del infarto. "En general, la comunidad médica ha hecho un trabajo excepcional a la hora de mejorar los tratamientos para estas enfermedades", expone Samir Kapadia, principal autor de la investigación y jefe de sección de Cardiología de Clínica Cleveland de Ohio (EEUU). Sin embargo, y dadas las conclusiones de este trabajo, "tenemos que hacerlo mejor en el campo de la prevención [...] Cuando la gente viene para someterse a chequeos de rutina, es básico insistir en la importancia de reducir los factores de riesgo como el peso, el tabaquismo, mantener una dieta saludable y actividad física para alejar otros desencadenantes como la hipertensión o la diabetes".
Tras el análisis de más de 3.900 pacientes que fueron tratados en la Clínica Cleveland de Ohio por un infarto de miocardio con elevación del segmento ST (entre 1995 y 2014), los investigadores observaron que muchos de los desencadenantes prevenibles están detrás de la mayoría de estos casos. Por ejemplo, la prevalencia de obesidad aumentaba del 31% al 40% entre los primeros cinco años y el último lustro. A lo largo de esos 20 años de estudio, la proporción de diabetes incrementó del 24% al 31% y la tasa de hipertensión pasó del 55% al 77%. En cuanto a la enfermedad pulmonar obstructiva, el porcentaje ascendió del 5% al 12%.
Uno de los hallazgos más sorprendentes, según los autores del estudio, fue el cambio en las tasas de tabaquismo, que aumentaron del 28% a 46%, a pesar de la disminución general que reflejan las tendencias nacionales sobre esta adicción.
Como una de las principales conclusiones, "vimos que la proporción de pacientes que suman tres o más factores de riesgo pasó de 65% a 85%", subraya Kapadia. "Nuestros hallazgos demuestran que es necesario hacer hincapié en la prevención en atención primaria. La salud cardiaca no sólo depende del cardiólogo. Los médicos de atención primaria y el propio paciente tienen que hacerse conscientes del problema".
De los pacientes depende la decisión de adoptar un estilo de vida saludable. "No hay que esperar a tener un problema cardiaco diagnosticado para empezar a cuidarse y prestar atención a sus hábitos", argumenta el científico.
El Mundo.es - 25/03/2016 02:32
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